miércoles, 14 de marzo de 2012

Quiero que llegue el frío

No aguanto más el calor. Quiero que venga el invierno, ahora. Ni siquiera tengo ganas de aguantar el otoño, porque odio la amplitud térmica. Ponerse, sacarse, llevar en la mano, tener frío en los pies. No, no.
Quiero ponerme el tapado y las botas
quiero poder dejarme el pelo suelto
quiero poder usar mi cartera gris
entrar a un bar a tomar un café sólo porque hace frío
tener ganas de bajar al subte porque está calentito
comer chocolate con churros
que oscurezca temprano y salga el sol bien tarde
dormir bajo el edredón de plumas
hacer galletitas

y, como siempre, tomar helado.

5 comentarios:

Gonzalo dijo...

Haces que el invierno suene delicioso.

Sidonie dijo...

lo esss!!!! a quién le puede gustar el verano? es horrible.

Hugo dijo...

A mi me gusta el verano.

Bah, las noches de verano.

El invierno sólo para dormir y tomar bebidas potentes.

Sidonie dijo...

ahh noches de verano? el horror!!! mosquitos rondándote la cabeza, chicharras "chicharreando" sin parar, la sábana pegoteada a la espalda... no, gracias.

Paula dijo...

A mí me parecen muy románticas las noches de verano.

No pienso en el calor asfixiante, sino en esa calma, ese relax, de estar ante la noche oscura que te cubre como un velo.

Y me encanta el sonido de los grillos.

Y el otoño me parece romantiquísimo. Deben ser sus colores y su melancolía.

Cuando vas caminando y caen las hojas con suave resignación, el crujido cuando las pisás...

Del invierno solo rescato esas tardes de cielos límpidos y azul profundo. Hace un frío que pela pero ese cielo bien lo vale.