martes, 27 de diciembre de 2011

Help

Hoy fui a desayunar con una amiga, y terminamos hablando de un problema que tenemos en común. Nos preguntamos: ¿cómo es posible que tengamos este inconveniente, que parece más un trauma que un conflicto, cuando nada en nuestras vidas lo justifica?
Entonces dijimos: "Bueno, en alguna vida pasada nos habrá sucedido algo terrible para que nos quede el trauma ahora".
No es que yo crea demasiado en esas cosas. En realidad, creo todo a medias, por lo tanto no creo en nada. Bueno, en nada no, creo en los libros. Eso solo.
Entonces voy al punto: ¿alguien tiene Same soul, many bodies de Brian Weiss? Tengo entendido que tiene como ejercicios para recordar vidas pasadas.
Sí, estoy tan al pedo en la vida, y leer un libro más no cuesta nada, así que lo voy a intentar.
Por favor, ayuda para mi psiquis dañada :(

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Storm and the merman

¡Llueve! ¡Con relámpagos y truenos!

*inserte bailecito de alegría aquí*

Esto me trae un problema: quiero leer un cuento acerca de una noche de lluvia. Busco en mi biblioteca mental, pienso si alguna vez leí algo parecido. Entonces me doy cuenta de que no hay, de que tengo ganas de leer lo que algún día voy a escribir. Detesto que me pase eso. ¿Por qué no puede escribirlo otro, y yo leo? Como esa historia con la tobillera de cascabeles que se me ocurrió. No tengo ganas de escribir eso. ¡Quiero leer!
Le sigh.

Hablando de lecturas, terminé El expreso de medianoche, de Billy Hayes y William Hoffer (una novela policial), tres libros de la serie de Sabrina Jeffries, Seta de Alessandro Baricco y un libro de cuentos, Pájaros en la boca, de Samanta Schweblin.
Leí con especial atención el libro de cuentos, porque la autora fue compañera de taller de mi actual profesor de taller de escritura. Está bien escrito, pero no me convence. Los cuentos no me llegan, no siento nada más que una tibia admiración por el estilo y la estructura. Tiene ideas muy locas, eso sí me gusta. Hubo un cuento que me gustó, por el tema más que nada. Se llama "El hombre sirena". Acá va el último párrafo (especial atención a la frase que empieza con "entonces", esa es la punta para entender emocionalmente lo que pasa en todo el cuento):

"Se queda mirándome un momento. Me doy vuelta hacia el mar. Él, hermoso y plateado sobre el muelle, levanta su brazo para saludarnos.
Daniel, como si al fin saliera de su estupor, entra al auto y abre la puerta de mi lado. Entonces no sé qué hacer, y cuando no sé qué hacer, el mundo me parece un lugar terrible para alguien como yo, y me siento muy triste. Por eso pienso: es sólo un hombre sirena, mientras subo al auto y trato de tranquilizarme. Puede estar ahí mañana otra vez, esperándome."

martes, 20 de diciembre de 2011

Querido Papá Noel

Ya estamos cerca de Navidad, así que espero que esta "carta" te llegue a tiempo.
Estaba pensando, y no sé si me merezco regalos o no. Porque mal no me porté este año. Es decir, nada grave, sólo boludeces. Pero tampoco me porté bien. La cuenta quedaría en cero. ¿Cómo me deja eso para los regalos?
Yo te mando la lista por las dudas, y vos decidis.

1. un esclavo sexual. bien formado, bien mantenido, con muchos tatuajes y algún piercing, que de buenos masajes, que tenga buen puslo para pintarme las uñas de los pies y que se vea bien de rodillas.

2. inspiración y ganas de escribir, que me hace falta últimamente.

3. un verano en el que haga siempre menos de 30°, porque no tengo ganas de derretirme cada vez que tomo el subte en hora pico.

4. un viaje a Los Ángeles para visitar a mi amiga Lula y otro a China para visitar a Eli.

5. una brújula, a ver si por fin me encuentro este año.

6. libros ad infinitum.

Desde ya, muchas gracias.
cariños
Sid

jueves, 15 de diciembre de 2011

En la ciudad IV

1. Estaba haciendo la fila para tomar el bendito 44 en Barrancas de Belgrano. La mitad de la fila estaba resguardada bajo el puesto de diarios, porque estoy hablando de esos cinco minutos en que estaba lloviendo. Entonces, sobre una pila de ejemplares de Clarín, veo un libro de tapa blanca con el dibujo de una rosa. Autor Jorge No-sé-cuánto. Título: 100 poemas para tu pétalo de rosa. WTF?
Lo primero que pensé fue: pétalo de rosa = pochola. Lo segundo fue: ¡Qué cochino el señor! Tercero: ¡Qué imaginación! ¿Cómo hace para escribir cien poemas con un tema tan limitado? Cuarto: tengo que comprar ese libro. Así es como terminé riéndome sola en la parada, y la gente me miraba. En fin.

2. Estaba, como dije, en la fila. Se acercó un flaco a hacer la fila también, alto, con rico perfume. Yo lo veía de reojo de vez en cuando, si giraba la cabeza, y sentía que él también me miraba a veces. Llega el colectivo. Me subo primero, saco boleto y me siento en la última fila, atrás de la puerta, contra la ventana. Lo miro subir y espero. Él termina de sacar el boleto, encara el colectivo semi vacío y analiza la disposición de los asientos. Nos miramos. Creo ver una especie de reconocimiento o ganas en sus ojos justo antes de que se siente en la primera fila de asientos, osea a medio colectivo de distancia.
Me dio bronca, porque hoy me había puesto una pollera y apenas vi a este muchacho pensé que las condiciones eran ideales para un poco de frotamiento de transporte público, cosa que el calor de estos días hacía imposible. Pero no, el señor fue y se sentó a cuatro filas de distancia porque (después lo vi) quería apoyarse contra la ventanilla y dormir. ¡Pero, mi cielo! ¡Haberse apoyado en mi hombro, caramba! Los hombres son tan pavotes a veces. Encima tuvo la audacia de mirarme fijo cuando se bajó. Pero bueno, él se lo perdió. Ya encontraré otro.

martes, 13 de diciembre de 2011

No se tu, pero yo si

El domingo a la noche nos juntamos en lo de un amigo a cenar y a ver una película. Mientras se cargaba lo que habíamos elegido (Cabo de miedo, una en la que DeNiro hace de ex convicto loquito), empezamos a boludear con canciones graciosas que fueron éxitos en otras épocas. Así llegamos a Ahora te puedes marchar, del latin lover internacional (¿?), Luis Miguel. Nos reímos de la estética thrilleriana del video, los bailecitos, todo. Después pasamos al superclásico que todo el mundo bailó alguna vez, La chica del biquini azul. ¡Ls cara de zanahoria tostada que tiene Lusimi en ese video! ¡Y está tan escuinclo! Menos mal que engordó un poco con los años. Igual la cara de zanahoria achicharrada la sigue teniendo... hay que educar a los niños sobre el mal uso de la cama solar con la foto de este señor.

Y despuesss escuchamos esta canción y nos pusimos todos a cantar a los gritos y desafinando, como debe cantarse esta canción (y yo sé que lo hicieron alguna vez, porque todos hemos caído en eso): http://www.youtube.com/watch?v=T_oE3qkbo5s&ob=av2e

Un grande, Luismi.

jueves, 8 de diciembre de 2011

My preciousss


¡Pasé a buscar los libros que había encargado! Los miro y se me cae la baba. En primer plano, las nuevas adquisiciones. En segundo plano, la pila habitual de libros que vive en mi mesa de luz.

En otras noticias, estaba caminando por Talcahuano para tomar el subte. Pasa un viejo y exclama al verme: "¡Lo mejor de Tribunales!". Y no vayan a decir que por ahí estaba hablando del edificio de Tribunales, porque me estaba mirando a mí. Bueno, a una parte mía. Me hizo reír, hacía mucho que no me decían algo que no sea una variante de "hola morocha/preciosa/divina".
Juá.

martes, 6 de diciembre de 2011

Regalo + Petit


Hoy recibí un precioso regalo de cumpleaños: el cuadrito que se ve ahi en el medio. Le saqué una foto para mostrarle a la persona que me lo había regalado cómo quedaba en mi biblioteca, y cuando la miré bien vi que el cuadro está rodeado de muchos de mis libros preferidos.

A esta biblioteca la llamé Petit, la más nueva de las seis, la única que tengo en mi habitación. En general, acá están algunos de mis mejores libros y otros que están esperando ser leídos. Arriba, a la derecha, están los tres tomos de los cuentos completos del señor Cortázar. Justo abajo, la Historia de la locura en la época clásica, de Foucault. Entre La promesa de Dürrematt y la poesía completa de Hölderlin, está Casadrna de Christa Wolf, una de mis novelas preferidas. En el estante de abajo, arriba de todo, ese pequeño libro blanco y celeste es mi adoradísimo Moderato cantabile de Marguerite Duras ("Margarita"), más abajo los cuentos completos de Katherine Anne Porter. En la pilita de al lado, Mañana en la batalla pensarás en mí, de Javier Marías, Bajo el volcán de Malcom Lowry y El pecado y la noche, de Antonio de Hoyos y Vinent. Abajo, los dos primeros tomos de Los caminos de la libertad de Sartre. Al lado, Philip Roth y Saul Bellow. Contra el costado izquierdo, varios libros de Alejito Carpentier ("El denso"). A la derecha, justo afuera del cuadro, la prosa completa y los poemas de la Ale Pizarnik.

Y esta semana paso a buscar más libros que compré.
Whee!!!

sábado, 3 de diciembre de 2011

Qué ganas de joder

Me junté a merendar con tres amigas con la excusa de festejar mi cumpleaños. Comimos, charlamos, nos reímos. Pero después de un rato empecé a sentirme... rara. No sé.
Cuando nos despedimos, ellas tres iban por Pueyrredón para el lado de Once y yo para el otro lado, a tomar el 68.
Mientras caminaba pensé que eso era una metáfora clara: ellas iban para un lado, yo para el otro.

Sí, realmente, qué ganas de joder que tengo.