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"Lina era una mentirosa que no podía soportar su verdadero rostro en el espejo. Tenía un rostro que pregonaba sensualidad, sus ojos llenos de luz, una boca ávida, una mirada provocativa. Pero, en lugar de hacer uso de su erotismo, se avergüenza de él. Lo ahoga. Y todo este deseo y lujuria se revuelve dentro de ella y produce un veneno hecho de envidia y celos. Lina odia todo aquello donde brota la sensualidad. Está celosa de todo y de todos aquellos a los que ama. Se pone celosa cuando ve a las parejas besándose en las calles de París, en los cafés, en el parque. Los contempla con una extraña mirada de rabia. Le gustaría que nadie hiciera el amor, sólo porque ella no puede hacerlo."     -Anaïs Nin, Pajaritos, "Lina"

Yo soy la Resentida

Hace poco invitaron a una amiga a dar un pequeño taller de literatura en una galería de arte. Me cuenta qué autor había pensado trabajar, cómo analizarlo, y me pide opinión. Si bien el autor que había elegido es excelente, me parece que es mejor usar cuentistas argentinas contemporáneas, que no sólo son geniales sino que además van a ser mucho más cercanas al público de un taller. Le doy nombres, le prometo prestarle los libros de Heker, Andruetto, Laurencich, Schweblin. Todo con el más puro espíritu de generosidad. Ahora, unos días después, me pregunto por qué soy tan boluda. ¿Por qué no armé yo mi propio taller literario? ¿Por qué otra persona se va a llevar el crédito por mis ideas? Probablemente esto suene altamente egoísta, pero estoy con bronca con el universo y conmigo misma. Necesito urgentemente validación exterior. ¿Abro una cuenta de twitter?

Recordé que tengo un blog...

Y me pregunto: si Blogger ya pasó de moda, ¿Qué formato usan los pseudo intelectuales para expresarse y colmar su necesidad de reconocimiento y valoración ajena?